Les dejo este ensayo de mi maestra la Doctora Celsa Albert Batista. Es
tiempo que los dominicanos nos libremos de los prejuicios y estereotipos presentes
en nuestra sociedad.
Por: Celsa Albert Batista
Maestra e historiadora dominicana
Miembro del Proyecto Internacional
de la Ruta del Esclavo de la UNESCO
Pta. y Directora Ejecutiva de
Instituto Dominicano de Estudios Africanos y Asiáticos, Sebastián Lemba.
La Organización de las Naciones
Unidas –ONU– proclama el periodo 2013-2022 como “El Decenio de los afrodescendientes”
mediante la Resolución A 66/460 del 2 de diciembre del 2011. La misma fue
antecedida por la proclamación en el 2011 “Año Internacional de los Pueblos
Afro descendientes”.
Tanto la ONU como su agencia
especializada en materia de educación, ciencia y cultura: UNESCO, realizan
estudios, sociales, económicos, de carácter cultural, educativo, entre otros,
consignándoles 10 años, tiempo éste, en que cientistas, artistas estudiosos,
especialistas y expertos se aboquen a investigar y realizar estudios de
distintos aspectos de la vida de las personas afrodescecndientes en los
diversos entornos; su evolución, avances y características, que muestren la
realidad de nuestra diversidad planetaria.
En esta oportunidad la
Organización de las Naciones Unidas anima a la comunidad intelectual
internacional a investigar y profundizar estudios sobre diferentes aspectos de
la vida de los afrodescendientes en su ambiente circundante, su trayectoria y
sus adelantos en la sociedad de hoy. Solicita al grupo de expertos sobre los
afrodescendientes que formule un programa de acción para su realización en el
mencionado decenio, y ser conocido, difundido y que se ponga en marcha en
diciembre del 2012.
La referida Declaración podría
implicar la elaboración de una nueva metodología para abordar tanto la consulta
de los archivos y la historiografía disponible sobre la temática; así como
difundir y especificar esta nueva línea de investigación con exhaustivos
estudios cuantitativos y cualitativos de las consecuencias de la esclavitud de
finales del siglo XV y desde el siglo XVI hasta el siglo XIX, a través de la
Trata de esclavos o Diáspora forzada con personas originarias del continente
africano e integradas a este continente nombrado América, que incluye la región
del Caribe, regenteada por europeos y africanos.
Los europeos mercaderes o
negreros contribuyen a fortalecer la acumulación originaria de capitales de la
Edad Moderna a través del sistema social y económico de la esclavitud y los
africanos expulsan pueblos dominados que entorpecían la estabilidad de sus
bienes, entre otras, pero perjudicó su desarrollo debido a la gigantesca
expulsión de población calculada por investigadores americanos y africanos en
más de cien millones de personas.
Después de más de cinco siglos,
el balance de la integración de la población africana al continente americano,
revela una nueva imagen identitaria y la expresión de nuevas culturas producto
de la mezcla étnico-cultural que han conformado los pueblos de América y el
Caribe y culturas producto del intercambio entre los pueblos que manifiestan
esta diversidad.
Un ejemplo de la mencionada
diversidad de América lo constituye la Región del Caribe particularmente la
República Dominicana. Podríamos decir que República Dominicana es el primero de
los pueblos afrodescendientes del continente americano.
En la isla Bohío-la
Española-Santo Domingo, los africanos y africanas están presentes desde finales
del siglo XV. Carlos Larrazábal Blanco señala que para 1496, cuando se funda la
ciudad de Santo Domingo, había esclavos y apunta: "blancos, berberiscos o
negros tal vez traídos de contrabando" (Carlos Larrazábal Blanco, La
Esclavitud del Negro en Santo Domingo, pág. 12).
Tres testimonios de esta realidad
histórica encontramos en el historiador clásico José Antonio Saco, en su obra
Historia de la Esclavitud, Pág. 164, que cita la introducción de esclavos
africanos antes del 1501.
También, en varias comunicaciones
de las autoridades de la Corona Española: tales como el gobernador Frey Nicolás
de Ovando y el juez de residencia Alonso Suazo.
Ovando, en 1503, trae las
instrucciones de los monarcas españoles de introducir población africana de los
nacidos en Europa (Portugal y Sevilla), pero al llegar a la Española encuentra
numerosos esclavos levantiscos, es decir, alzados, entonces pide suspender el
tráfico hasta el 1505 en que lo reanuda.
Los negros esclavos y esclavas
traídos de los existentes en Portugal y el Sur de España son los llamados
negros ladinos, es decir, transculturados y son introducidos posteriormente
para ayudar a los nativos en las duras faenas de la extracción aurífera, por
gestiones fundamentalmente de la Orden Religiosa de los Dominicos.
El juez de residencia Alonso
Suazo, por su parte, se acoge a la demanda de esclavos bozales y en grandes
cantidades, es decir, los traídos directamente de África. Esta demanda la
hacían los padres Jerónimos quienes eran los administradores de la isla a
partir de 1516 con el fin de garantizar el éxito del cambio de la economía del
oro por la economía de las plantaciones, ingenios azucareros y hatos ganaderos.
Alonso Suazo pide esclavos
hembras y varones, un centenar de cada sexo para formar, según él, pueblos con
ellas y ellos a usanza y costumbres españolas. (Carlos Larrazábal Blanco. La
Esclavitud del negro en Santo Domingo, Págs. 12-22).
En el decenio 2013-2022 los
investigadores, estudiosos y expertos de la presencia de África en América y el
Caribe tienen la ardua tarea de realizar sus más enjundiosos trabajos sobre
este tema complejo y diverso donde República Dominicana forma parte importante
de ese proceso histórico-cultural.
El trasiego de población africana
a la Española fue intenso, unido al dinamismo de la mezcla biológica o
resultado de mestizaje entre españoles e indígenas (mestizos y mestizas
primero, luego con las esclavas africanas mulatos mulatas) y la mezcla entre
estos. Además la reacción antiesclavista, manumisión y más tarde la abolición.
Estos aspectos de la vida colonial constituyen factores fundamentales para la
recreación y sincretismo cultural y también para que las disposiciones
contenidas en el Código Negro Carolino expresaran para finales del siglo XVI,
que la mayoría de la gente de la Española era la mezclada (Javier Malagón.
Código Negro Carolino, Pág. 168).
La división de la isla la
Española-Santo Domingo se inicia con las Devastaciones del gobernador Osorio,
ordenada por los monarcas, a principio del siglo XVII, los inversionistas
colonos habían perdido interés en el territorio y se desplazaban al Virreinato
de la Nueva España, México y a Sur América tras las piedras preciosas, se
presenta entonces en la Española una situación crítica en la economía del
azúcar y hay un mayor énfasis y cambio al hato ganadero que trajo como
consecuencia el relajamiento de los rigores de la esclavitud, la proliferación
en la mezcla biológica, el asedio de las naciones europeas enemigas de España
entre otros.
De ahí, las autoridades españolas
para enfrentar a las naciones enemigas y contrarrestar la actividad corsaria
organizan en la Española batallones integrados por pardos y morenos libres
(negros y mulatos) para proteger y defender la isla, con lo cual estos ex
esclavos adquieren otro estatus social y político a pesar de los prejuicios.
En la segunda mitad del siglo
XVII dos tratados: Nimega 1678 y Ryswick 1697, firmados entre Francia y España
tienen como resultado la tolerancia en la isla de los franceses en la parte
occidental y el reconocimiento formal a estos en el territorio de la Española,
con lo cual se crea la colonia francesa de Saint Domingue en la parte
occidental hoy República de Haití y continuó la colonia española de Santo
Domingo en la parte oOriental hoy Republica Dominicana.
En virtud del tratado de
tolerancia, los franceses traen población de origen africano de sus factorías
situadas en África, fundamentalmente de Dahomey. La colonia española seguirá
abasteciéndose de los negreros de las potencias amigas y realiza cuatro viajes
al continente africano en busca de población, en razón de que España no se
dedicó a la trata sino que se abastecía a través del mercado y la compra.
La mayoría de la población
dominicana oriunda de África es de lengua y cultura bantú, una minoría de
cultura yoruba. Además, en la primera mitad del siglo XIX, durante la
unificación con Haití, el gobierno haitiano en coordinación con el gobierno de
los Estados Unidos integra población negra libre proveniente del sur de los
Estados Unidos de América y los ubica en Samaná, San Cristóbal y Puerto Plata
con el propósito de reactivar la economía.
Con el propósito de impulsar y
modernizar la industria azucarera, en la segunda mitad del siglo XIX y primera
del XX, se solicita y motiva la inmigración de población de las Antillas Afro
inglesas principalmente, estos inmigrantes se integran a la población, no obstante
al flujo proveniente de la parte occidental de la isla desde el siglo XVIII.
Así que la República Dominicana es uno de los pueblos afrodescendientes de
mayor mezcla de culturas y personas venidas del África, mezcladas y
sincretizadas en América, así como ligada a la población y cultura española y
nativa.
Los prejuicios y estereotipos
provocados y posteriormente establecidos por la colonización española con
relación a la población autóctona y a la de origen africano, mezclados o no,
van a generar en la conformación de la mentalidad social de los nuevos pueblos
una serie de complejos y comportamientos inadecuados en relación a sus
identidades sociales y culturales como fruto del desconocimiento de la unicidad
de la raza humana, de la multietnicidad y diversidad en América y en el mundo.
Celsa Albert Batista
Maestra e historiadora dominicana
Miembro del Proyecto
Internacional de la Ruta del Esclavo de la UNESCO
Pta. y Directora Ejecutiva de
Instituto Dominicano de Estudios Africanos y Asiáticos, Sebastián Lemba.
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