En su nueva novela, la escritora
chilena de 72 años de edad reivindica el amor como principal motor de la vida
A los 72 años de edad, Isabel
Allende está en el umbral de otra etapa espiritual, emocional y física. Se
acaba de separar de su segundo marido, el abogado William Gordon, pero esa
“terrible pérdida” no le impide ver con ilusión la publicación de El amante japonés.
La autora chilena tiene millones
de lectores en el mundo y su nueva obra no los defraudará: pasado y presente se
funden en la entrañable historia que narra, en la que reivindica el amor como
principal motor de la vida. Y no rechaza la opción de la eutanasia.
Ambientada en California, El
amante japonés es un canto a la vida, al amor y a la vejez, “el mejor momento
para ser y hacer lo que a uno le place”, afirma la autora de La casa de los
espíritus, cuya obra está traducida a 35 idiomas y que ha vendido más de 65
millones de ejemplares de sus libros.
“Para envejecer bien, hay que
crecer internamente, cultivar relaciones, luchar contra nuestros demonios,
participar en el mundo y la comunidad, dar, reírse y amar”, expresa Allende.
La fuerza imparable de un amor
secreto recorre la novela de la escritora, quien no ve posible en el matrimonio
el respeto hacia las infidelidades del otro, pero sí la tolerancia
En El amante japonés, la
novelista también reflexiona sobre la homosexualidad, rechazada de plano hace
unas décadas en la mayoría de los países. “Vivo cerca de San Francisco, el
mejor lugar del mundo para homosexuales y para quienes desafían las
definiciones de género en cualquier forma, pero en la mayor parte de este
enorme país no existe la misma aceptación. Todavía hay discriminación y
violencia contra ellos. Falta mucho por recorrer”.
Isabel Allende espera emprender
otra aventura literaria el 8 de enero (siempre empieza sus novelas ese día).
Pero en estos momentos tiene tantos problemas, dice, que no puede ni pensar en
sentarse a escribir.
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