Cuba salió ayer oficialmente,
después de 33 años, de la lista de países patrocinadores del terrorismo que
elabora cada año el Gobierno de EE.UU., un nuevo paso crucial hacia la
reconciliación bilateral y la reapertura de embajadas, algo que puede anunciarse
en muy pocas semanas, según los expertos.
Sin fijar una fecha, el portavoz
de la Casa Blanca, Josh Earnest, admitió en su rueda de prensa diaria que el
próximo “hito” en la normalización debe ser esa reapertura de embajadas.
El Congreso de EE.UU. tenía 45
días para pronunciarse sobre la decisión anunciada el pasado 14 de abril por el
presidente Barack Obama de sacar a Cuba de esa “lista negra”, con la opción de
presentar un proyecto de ley para tratar de revocarla, algo que no se ha
producido.
Como ese plazo “ha expirado”, el
secretario de Estado de EE.UU., John Kerry, “ha tomado la decisión final de
rescindir la designación de Cuba como un Estado Patrocinador del Terrorismo,
que entra en vigor hoy, 29 de mayo de 2015” , indicó en un comunicado un portavoz del
Departamento de Estado, Jeff Rathke. Según el portavoz, la evaluación realizada
por el Departamento de Estado a petición de Obama concluyó que Cuba “cumple con
los criterios legales” para abandonar esa lista. Rathke matizó que EE.UU. sigue
teniendo “importantes preocupaciones y desacuerdos sobre una amplia gama de
políticas y acciones de Cuba”, pero que están “fuera de los criterios
pertinentes para la rescisión de la designación como Estado Patrocinador del
Terrorismo”. Por su parte, la portavoz del Consejo de Seguridad Nacional (NSC)
de la Casa Blanca, Bernadette Meehan, sostuvo que el anuncio de hoy es “otro
paso más hacia una relación más productiva y normal entre Estados Unidos y el
pueblo cubano”. “A través de esta nueva estrategia de compromiso, por fin
estamos en condiciones de promover nuestros intereses a la vez que mejoramos
las vidas de los cubanos”, destacó Meehan en un artículo en la web de la Casa
Blanca. Mientras, el exgobernador de Florida Jeb Bush, que prevé aspirar a la
candidatura presidencial republicana, rechazó la retirada de Cuba de la lista
terrorista al calificarla de “concesión unilateral” a la isla. En la misma
línea, el presidente de la Cámara de Representantes del Congreso, el
republicano John Boehner, aseguró que Obama “ha entregado al régimen de los
Castro una victoria política importante a cambio de nada”. En abril, Obama
anunció su decisión de eliminar a Cuba de esa “lista negra”, en la que la isla
entró en 1982 y estaba actualmente junto con Irán, Sudán y Siria.
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