Greysis de la Cruz
Periodista. Consultora Comunicación Neurolingüística y Media Training
Los seguidores y detractores del presidente Barack Obama reconocen que es un estupendo orador. Logra cautivar a la audiencia, genera empatía y mantiene un impecable dominio del lenguaje no verbal.
Muchos de sus discursos se han destacado por contener frases cortas pero de gran significación simbólica para las masas.
Obama, explica eventos actuales desde un punto de vista esperanzador conectándolo con episodios pasados que involucran a figuras emblemáticas como Abraham Lincoln y Martín Luther King, convirtiéndose así, en un orador agradable.
Algunos, llaman al fenómeno Obama como la “americanización de la política”, en lo relativo al uso de las herramientas de la mercadotecnia como herramienta de trabajo político. Siendo el “mercado” es decir los “votantes” los que determinan la acción política, los expertos en la comunicación política se centran en identificar el perfil político que los ciudadanos están buscado, para construirlo en su candidato.
Por ello, las campañas electorales en los EEUU se centran en el líder, como la estrella del partido, porque como dije antes, lo que determina la acción política, es el mercado no la ideología.
Obama y su equipo son eficientes en el uso de las técnicas de la comunicación política. De ahí que vemos sus fotografías, textos y discursos cargados de símbolos que comunican valores, ideas, actitudes, deseos y aspiraciones.
Un ejemplo de ello fue cuando Barack Obama conoció la noticia de su reelección. Uso su twitter para decir “Cuatro años más'” acompañado de una foto abrazando a Michelle.
Esa fotografía, pensada y estudiada, para causar emotividad, fue retuitiada 455.000 veces lo que la convirtió en la publicación mas retuiteado de la historia, según el portal microblogging
Utilizar las herramientas de la comunicación política con creatividad es la clave del éxito político de Obama.
Ha esto por supuesto, hay que sumarle el pronunciamiento impecable de sus discursos: en el tono correcto y la emoción correcta. La forma de como se pronuncia un discurso es tan importante como su contenido.
Las técnicas del discurso son las mismas de hace dos mil años. La Rochefoucauld decía que “La verdadera elocuencia consiste en decir todo lo que hay que decir y nada mas que lo que hay que decir”. Nada es más apegado a la verdad. El político comunica su mensaje de forma sencilla y clara. No se enreda con tecnicismos que probablemente no maneja, como tampoco incurre en el error de hacer una sobre-explicación del tema.
El objetivo de un discurso sigue siendo el mismo: cautivar a las masas. Para eso, el hacer uso de herramientas como la repetición de palabras claves, que generen atención, es fundamental.
Usar la tríada, que es ofrecer una explicación de cuestiones emocionales a través de ejemplos concretos.
Dar espacio para los momentos cargados de emotividad, en los cuales el uso de la antitesis suele ser clave.
Comprender que para que el aplauso llegue se necesita provocarlo. Un discurso tiene música, con subidas y bajadas para provocar emoción y atención.
En nuestro país, República Dominicana hace falta tener discursos inspiradores, que despierte emoción en el votante y se alejen de la práctica común de discursos aburridos y burocráticos.
Vemos cada día como las campañas electorales son creativas, innovadoras, conectadas con el votante tecnológico de hoy, por ello, nos inquieta ver aun en el país candidatos con pobre expresión oral, cuando sobran ejemplos de candidatos con buena estrategia mercadológica, una fortalecida estructura de partido pero sin discurso. Estos candidatos ganan experiencia pero pierden elecciones. Sencillamente, el discurso sigue siendo esencial.
Los medios de comunicación generan opinión y son los inductores naturales del comportamiento electoral. Es por eso, que las campañas electorales se desarrollan en los medios de comunicación y en las redes sociales.
La oratoria resulta indispensable hoy en día para el éxito personal., académico, social, profesional y político. Siendo así, son condiciones imprescindibles para un buen orador: tener autoconfianza, claridad en la exposición de las ideas, tener una preparación previa a cada discurso, generar empatía y autocontrol.
Evitar compartir ideas donde se concentra el yo, entender que lo importante es el público, la audiencia o el votante.
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@greysisdelacruz