Por: Greysis de la Cruz
elverificador.com
Indudablemente vivimos en tiempos de cambios en materia de la información y comunicación. Aun la humanidad se está adaptando a las redes sociales y aún falta mucho por evaluar para poder dirigirnos a un lugar que proteja la información en las redes como derecho humano y se establezca un régimen de sanciones para los excesos que dañan no solo los derechos individuales, también, el sistema democrático moderno sustentado en medios de comunicación. Los medios de comunicación son la ventana donde se juega la democracia del continente americano, que desde el siglo XX es la cuna de este sistema político.
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Indudablemente vivimos en tiempos de cambios en materia de la información y comunicación. Aun la humanidad se está adaptando a las redes sociales y aún falta mucho por evaluar para poder dirigirnos a un lugar que proteja la información en las redes como derecho humano y se establezca un régimen de sanciones para los excesos que dañan no solo los derechos individuales, también, el sistema democrático moderno sustentado en medios de comunicación. Los medios de comunicación son la ventana donde se juega la democracia del continente americano, que desde el siglo XX es la cuna de este sistema político.
El siglo XXI nos trajo el auge de las redes sociales, lo que ha significado un cambio trascendental en la forma en que nos comunicamos y percibimos la comunicación. Para empezar ya los medios de comunicación no procesan las informaciones como lo hacían durante el siglo XX, donde tenían el control exclusivo de la noticia.
Con el auge de las redes sociales, los medios de comunicación tradicionales, es decir: radio, televisión y periódicos se han tenido que adaptar su producción de contenidos a los tópicos de temas que más deleitan a las audiencias. Además, han variado la logística de trabajo. En el pasado siglo el periodista esperaba en la sala de redacción, el reporte de una comunidad para poder dar cobertura sobre el hecho. Ahora además de visitar las fuentes noticiosas tradiciones como el palacio de gobierno, la policía, el congreso, los hospitales en fin, también, se guían de los hechos que son reportados en las redes sociales para poder acudir al lugar y hacer la cobertura del hecho, como herramienta para poder seguir compitiendo por mayor espacio en las audiencias.
Si bien, hasta el momento las redes sociales no han sustituido a los medios, la tendencia indica que están a punto de hacerlo, debido varios factores, entre ellos, el descredito y la censura a que son sometidos los periodistas debido a los intereses de los dueños.
Sin embargo, el enemigo más peligroso de este tiempo es el desconocimiento de muchos ciudadanos sobre cómo deben usar de forma responsable la plataforma de las redes sociales.
Sobre este punto, solo voy a referirme aquí, a los periodistas fantasmas, como se refieren a los individuos que buscan tener incidencia en el debate público circulando informaciones falsas. Una práctica perjuicios para el sistema democrático, porque los ciudadanos toman daciones de acuerdo a las informaciones que reciben a través de los medios de comunicación o por las redes sociales.
Muchas personas solo leen el titular de una información en las redes, y sin leer el contenido contribuyen a su divulgación, obviando que la regla fundamental del periodismo es la verificación de los hechos o de las informaciones.
El ciudadano que tiene un blog, o un diario informativo sin ser periodista, no maneja las reglas de la ética de la comunicación, simplemente divulga contenidos solamente con la intensión de hacerlos virales.
La prensa norteamericana ha publicado recientemente que este tipo de situaciones se vivió en la última campaña electoral. Los medios más influyentes como The New Times y Wall Street Journal han calificado la campaña pasada de “histórica” por la cantidad de ataques entre los candidatos y el uso de vocabulario soez en torno al debate político.
Ese escenario fue aprovechado por Paul Horner, un ciudadano norteamericano de 38 años quien se define a sí mismo como un “mentiroso profesional”. Horner, publicó cientos de informaciones inventadas que corrieron como pólvora por las redes sociales (sobre todo vía Facebook) que beneficiaban al candidato Donald Trump.
Ninguna de sus informaciones falsas difundidas por varios portales electrónicos que posee, pasó por ningún filtro de Facebook, empresa que nunca se enteró de que dichas informaciones eran mentiras, pese a eso, logró alcanzar una audiencia de más de cinco millones de personas.
Hamper sin ningún rubor, le dijo a la prensa norteamericana lo siguiente: "Honestamente, la gente está cada vez más tonta. Ya nadie chequea nada, así es como Trump fue elegido. Decía cualquier cosa que quería y la gente le creía cualquier cosa".
Su sinceridad golpea en la cara. Es una situación compleja y de inmediata corrección.
Las difamaciones, expresiones ofensivas, y degradantes que Horner, promovió son inmensas para poder señalarlas. Y hoy, después del proceso electoral en los EEUU son imposibles de poder recogerlas. Como dice el adagio, “miente, miente que algo queda”, y lo que ha quedado son reputaciones cuestionadas.
La prensa norteamericana, que también tiene su cuota de responsabilidad en el espectáculo en que se convirtió la campaña electoral, ha logrado que las empresas Facebook y Twitter se unieran a una red de más de 30 compañías de información y tecnología para enfrentar las noticias falsas y mejorar la calidad de la información en medios sociales.
First Draft Coalition, funcionará como un filtro con el respaldo de la unidad Google de Alphabet Inc, que promoverá la lectura de noticias entre los usuarios de las redes sociales, y lanzaría una plataforma donde los miembros puedan verificar noticias que son cuestionables.
Los miembros del grupo incluyen al New York Times, Washington Post, BuzzFeed News, Agence France-Presse y CNN.
Habrá que darle tiempo a este esfuerzo por lograr verificar las informaciones que se publican en redes sociales, lo cierto es, que sigue siendo un reto, regular las redes y lograr que los cuidadnos hagan un uso responsable de las redes sociales.
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@greysisdelacruz