Por Ciro Pérez Silva, México,
D.F. Todo funcionario público federal, estatal o municipal que haya participado
en la fuga de Joaquín El Chapo Guzmán “será castigado. Caerán todos los
involucrados en esta fuga”, advirtió el secretario de Gobernación, Miguel Ángel
Osorio Chong, tras subrayar que en este proceso de investigación “no habrá
lugar para la impunidad” y ofrecer una recompensa de 60 millones de pesos por
información que conduzca a su captura.
En conferencia de prensa, el
funcionario rechazó que vaya a presentar su renuncia. “El secretario de
Gobernación tiene una obligación con el país y déjenme decirles que los
momentos de crisis no son para renunciar, son para enfrentarlos”, dijo luego de
explicar que la fuga del delincuente “es una acción insólita que rompe con todo
este paradigma de protocolos de cualquier cárcel del mundo”, y es una alerta a
nivel internacional.
Interrogado sobre el hecho de que
la fuga haya tenido lugar justo cuando el presidente Enrique Peña Nieto y buena
parte de su gabinete viajaban a Francia –entre ellos el propio Osorio–, el
secretario quien constitucionalmente queda como encargado del país en ausencia
del mandatario, respondió: “son cosas que pasan”.
Ningún aviso de la DEA
Subrayó que se trataba de la
primera vez que acompañaba al Presidente en una visita de Estado y que lo hizo
sólo porque desfilaría en la fiesta nacional de Francia la Gendarmería
Nacional. Dijo también que “con los dedos de una mano” puede enumerar las
“pequeñas fugas” que han ocurrido en este sexenio, y que necesitaría de “muchas
manos” para referir las fugas que se dieron en otras administraciones.
Negó que el gobierno mexicano
hubiera sido advertido por la DEA de otros intentos de fuga de Guzmán Loera o
que la alerta sobre el escape del narcotraficante se hubiese dado 3 horas
después: “He dado instrucciones al comisionado nacional de seguridad, Monte
Alejandro Rubido, para que dé a conocer los videos y puedan ustedes ver los
horarios de la fuga y el protocolo que se siguió inmediatamente que se observó
en las cámaras (de seguridad) la fuga”.
Refirió que, además de haber sido
diseñado con alta tecnología y de contar con los planos de diseño de la cárcel,
otro de los elementos que entorpecieron la persecución fue que, conforme
cruzaba el túnel, Guzmán destruía los focos que iban iluminando su fuga, “lo
que para él significó salir en un tiempo mucho menor que el que le tomó a las
fuerzas de seguridad perseguirlo”.
Adelantó que se propondrán
cambios legislativos y sobre la protección a los derechos humanos de reos de
alta peligrosidad, al quedar en evidencia la violación a un sistema de
seguridad “certificado” por la misma institución que avala las cárceles de
Estados Unidos y Canadá.
Osorio Chong apareció en el salón
Juárez de Gobernación acompañado por la titular de la Procuraduría General de
la República, Arely Gómez, y el comisionado de seguridad, Monte Alejandro
Rubido, ante quienes informó del cese inmediato del titular del Órgano
Desconcentrado de Prevención y Readaptación Social, de la coordinadora general
de Ceferesos y del director del penal, las únicas remociones hasta el momento.
Reveló que en el caso del
Altiplano, Guzmán Loera “logró” burlar medidas de seguridad que incluyen un
sistema de videovigilancia y monitoreo permanente formado por más de 750
cámaras, puntos de revisión y módulos de aislamiento, bardas perimetrales,
aduanas peatonales y vehiculares, torres de vigilancia, además de 26 filtros
entre puertas y controles desde la aduana hasta el área de tratamientos
especiales.
También, un operativo de
vigilancia a cargo del Ejército y de la Policía Federal en el exterior del
penal, un brazalete preventivo que portaba el hoy prófugo para ser localizado
dentro del centro, así como un sistema de vigilancia de circuito cerrado en su
celda, la número 20, ‘‘que siempre estuvo funcionando y monitoreado en tres
turnos durante las 24 horas del día, desde el interior del penal y el centro de
control de la Policía Federal’’
Es decir, no sólo las medidas
“bajo estricto cumplimiento de los protocolos de seguridad y los estándares
internacionales requeridos en los penales de máxima seguridad”, sino otras de
carácter especial.
“Por razones de derechos humanos,
de respeto a la intimidad, la viodeovigilancia tenía dos puntos ciegos”,
subrayó Osorio, uno de los cuales aprovechó el delincuente para evadirse.
“Sin embargo, no podemos omitir
que para lograr su propósito el hoy prófugo tuvo que haber contado con la
complicidad de personal y/o funcionarios del centro de readaptación social del
Altiplano.
“De confirmarse esos hechos,
constituirían un acto de corrupción, deslealtad y traición a los mexicanos, a la
institución y a los integrantes de las fuerzas federales, quienes con entrega y
compromiso, siempre con compromiso por México, arriesgaron sus vidas para
capturarlo”, expresó.
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