Santo Domingo: El presidente del
Partido Revolucionario Dominicano (PRD), Miguel Vargas Maldonado, presentó a
través de un discurso dirigido a la ciudadanía dominicana los 12 puntos que
conforman la alianza entre el PRD -PLD ante período electoral 2016-2020.
A continuación texto íntegro
Pueblo Dominicano.
Compañeras y Compañeros.
Muy buenas noches.
Comparezco hoy ante el país, para
reafirmar mi sagrado compromiso, y el de nuestro partido, con el bienestar, la
prosperidad y los mejores intereses nacionales.
Me dirijo a ustedes con el
propósito de informar a los dominicanos y a la familia perredeísta, sobre una
decisión estratégica de gran trascendencia histórica, que va a definir el
porvenir de la República Dominicana: El presidente Danilo Medina me propuso, y
por mi intermedio, al Partido Revolucionario Dominicano, un Acuerdo político
para un Gobierno Compartido de Unidad Nacional.
Hace algunos meses el PRD
presentó mi Candidatura Presidencial. Desde entonces hemos recorrido el país,
para llevar a cada rincón un mensaje que todo perredeísta quiere escuchar: que
el PRD llegue al Poder, para resolver los grandes problemas que afectan a
nuestra gente.
Poco después, invitamos al pueblo
dominicano a que nos hiciera saber sus necesidades, sus inquietudes, sus propuestas.
Los dominicanos aceptaron con entusiasmo, y nos hablaron a través del
movimiento social #Dímelo.
Fueron miles los que nos
expresaron, básicamente, dos cosas: Una, que en nuestro país aún persiste la
exclusión. Y la otra, que para lograr la inclusión, los dominicanos
necesitamos una gran unidad.
Con el oído puesto en el corazón
de nuestro pueblo, y con toda responsabilidad, llegamos a la conclusión de que
en este momento es más viable alcanzar esa gran unidad, en torno a la figura
del actual presidente de la República, Licenciado Danilo Medina.
Con el propósito de impulsar esa
idea de unidad, en octubre del 2012, mucho antes de que el Presidente Medina
nos planteara este Acuerdo de Gobierno Compartido de Unidad Nacional, ya
habíamos propuesto la creación de un frente electoral opositor, que denominamos
Bloque de la Esperanza José Francisco Peña Gómez, basado en una agenda común
para hacer realidad un modelo de desarrollo incluyente.
Aquella propuesta fue bien
acogida por algunos sectores políticos, y, lamentablemente, vista con desdén y
desprecio por otros opositores, actores también del proceso electoral.
Esos actores fueron,
precisamente, aquellos que en 1996 se unieron a nuestros contrarios, con el
perverso argumento de que José Francisco Peña Gómez, amenazaba las raíces de
nuestra nacionalidad.
Son los mismos individuos que en
el 2008 atentaron contra mi candidatura presidencial, e impidieron el triunfo
de nuestro partido.
Los mismos que en el 2010 fueron
los responsables de que el PRD no lograra ni un solo Senador, a pesar de haber
sido el partido más votado.
Los mismos que en el año 2011
trastornaron la voluntad de los perredeistas en la Convención Interna, con la
malsana intromisión de militantes de otros partidos, evitando así que el PRD
alcanzara el poder en el 2012.
Los mismos que, luego de las
elecciones del 2012, asaltaron y destruyeron nuestra Casa Nacional, e
intentaron, sin éxito, destruir al PRD.
Y son los mismos, que en este
2015, rechazaron toda posibilidad de concertación con el PRD para unificar a la
oposición.
El objetivo fundamental del PRD,
desde su nacimiento, ha sido siempre promover las reformas indispensables que
necesitamos para mejorar nuestra calidad de vida.
Es por eso que en esta
oportunidad, ante la dispersión de las fuerzas opositoras, y a sabiendas de que
en el escenario electoral de hoy se hacía muy difícil una victoria para lograr
ese proyecto de nación que anhelamos, con toda responsabilidad, como dominicano
que soy, y como perredeísta, decidí posponer, por ahora, mis aspiraciones, en
aras de hacer realidad la agenda nacional que presentamos al país.
En el 2013 acudimos al Palacio
Nacional para llevar al Presidente de la República catorce propuestas,
relacionadas todas con la solución de los grandes problemas nacionales, y
también para poner a su disposición nuestra colaboración.
Ante esta realidad, estimamos
conveniente que el país recuerde que el doctor Peña Gómez fue un abanderado de
la concertación, y que a ella entregó sus mayores esfuerzos. Que llegó,
incluso, a sacrificar la Presidencia de la República, ganada en los comicios
generales de 1994, para evitar los tormentos que le causaría a la sociedad
dominicana un enfrentamiento con la fuerza gobernante de entonces.
Recordemos que veinte años antes,
en 1974, había propuesto ya el Acuerdo de Santiago, bajo el esquema de la
integración de todas las fuerzas opositoras, más allá de las diferencias
ideológicas, desde la izquierda revolucionaria, encarnada en el MPD, hasta las
fuerzas más conservadoras de aquella época, representadas por su líder militar,
el General Elías Wessin y Wessin, quien fue el candidato vicepresidencial de
Don Antonio Guzmán Fernández.
Posteriormente, concitó otra gran
alianza electoral, que llevó a nuestro partido al poder en el año de 1978,
cuando derrotó dramáticamente la candidatura presidencial del Dr. Joaquín
Balaguer, que lucía invencible.
Peña Gómez dio otra demostración
de desprendimiento y espíritu de concertación, cuando en 1990 ofreció el
decidido respaldo del PRD a su maestro, a Juan Bosch y al Partido de la
Liberación Dominicana.
En los comicios sucesivos de 1994
y 1996, el líder de nuestro partido volvió a dar ejemplo de desprendimiento y
concertación, cuando conformó el Acuerdo de Santo Domingo, que reunió partidos,
movimientos y voluntades, en torno a una propuesta concreta de gobierno
compartido, llevando como candidato Vicepresidencial al destacado dirigente
reformista, Licenciado Fernando Álvarez Bogaert. Ese acuerdo recibió el
respaldo mayoritario del pueblo dominicano.
Como hemos visto, a lo largo de
toda su historia, el PRD se ha caracterizado por su espíritu de concertación,
inspirado siempre en los mejores intereses nacionales.
Conviene recordar que acuerdos
similares han sido muy exitosos en
varias naciones de nuestra América Latina, y también de Europa, cuyas
organizaciones políticas fundamentales, en algún momento antagónicas,
decidieron establecer una agenda común para enfrentar y solucionar juntos las
grandes dificultades de sus respectivos países.
Compañeras y Compañeros.
Desde que asumí el liderazgo del
Partido Revolucionario Dominicano, he procurado hacer realidad la visión de
Estado que encarna el ideario peñagomista, cuyo principio de unidad nacional se
manifiesta claramente en la tesis de gobierno compartido, plasmada en sus
discursos y en sus proyectos de gobierno.
Esas enseñanzas de nuestro líder
nos guían en este momento histórico, en el que hemos aceptado la propuesta del
Presidente Danilo Medina, para participar aliados en un Gobierno Compartido de
Unidad Nacional.
El acuerdo se fundamenta en un
proyecto de nación que exige el compromiso del PLD, el PRD, del Presidente
Medina, y del mío propio, para impulsar los cambios que ha venido proponiendo
nuestro partido, y que son un clamor nacional.
Los cambios a los que se refiere
este acuerdo apuntan, por una parte, a la transformacion y modernización del
Estado, y por la otra, a la aplicación de politicas públicas para promover la
inclusión social de todos los dominicanos.
En cuanto a la modernización del
Estado, nos comprometemos a concertar
medidas que son impostergables para nuestra nación.
Me refiero a la aprobación de la
ley de partidos políticos, y a la reforma de la ley electoral, fundamentales
ambas para revestir de garantías nuestra democracia.
Un pacto por la seguridad
ciudadana, para la tranquilidad y el sosiego de la familia dominicana.
Un pacto fiscal integral, que
estimule la competitividad económica.
Un pacto eléctrico, que garantice
el suministro confiable de energía para todos los dominicanos, y que elimine el
insostenible déficit energético, que tanto daño hace a nuestra economía.
En lo concerniente a la inclusión
social, hemos presentado las siguientes doce propuestas:
UNO. Aplicar políticas públicas
para alcanzar un aumento anual efectivo de empleos formales y de calidad en el
sector privado.
DOS. Establecer una escala por
ley para incrementar significativamente el porcentaje del Producto Interno
Bruto a ser aplicado al presupuesto del sector salud.
TRES. Asignar un porcentaje
adecuado del presupuesto de educación a la capacitación de los maestros y demás
servidores del sistema educativo, para mejorar la calidad de la enseñanza.
CUATRO. Aplicar políticas
efectivas para aumentar el número de viviendas, en beneficio de la clase media
y de los sectores más pobres en todo el territorio nacional, y reducir así el
deficit habitacional, contemplando las siguientes medidas:
Construir 5,000 viviendas y
soluciones habitacionales en el Distrito Nacional y en la provincia de Santo
Domingo; construir 3,000 viviendas en la provincia de Santiago; y construir de 400 a 800 viviendas en cada
una de las otras 29 provincias, conforme a su población.
Adicionalmente, impulsaremos la
creación de un fondo social para la construcción de viviendas de bajo costo, al
igual que un programa masivo de titulación de propiedades.
Con estas medidas serán
beneficiadas miles de familias en todo el país.
CINCO. Hacer las gestiones
necesarias para asegurar el suministro nacional de electricidad, tomando en
cuenta el desarrollo de energías alternativas.
SEIS. Aplicar políticas que
modernicen el transporte público, y dar los pasos necesarios para construir un
ferrocarril de pasajeros y carga, desde el Puerto de Haina hasta Puerto Plata,
pasando por las principales ciudades. Una obra susceptible de ser concesionada
sin ningún costo para el Estado dominicano.
SIETE. Dinamizar el campo
dominicano, ampliando el financiamiento
para los proyectos agropecuarios, y la ejecución de políticas eficaces de
extensión y distribución de semillas mejoradas.
OCHO. Ampliar a todo el
territorio nacional la cobertura del programa de emergencias 9.1.1.
NUEVE. Aplicar una adecuada
política de desarrollo turístico, para alcanzar la meta de 10 millones de
turistas cada año, mediante el fortalecimiento de los polos turísticos
existentes, y el desarrollo de nuevos destinos ecológicamente sustentables,
tales como Bahía de las Águilas, Los Corbanitos, la zona de Bayahibe hasta
Palmilla y la provincia de Montecristi.
DIEZ. Fortalecer las leyes y los
mecanismos que garanticen total transparencia en el gasto público, para
eliminar la corrupción en todas sus
manifestaciones, y garantizar la seguridad jurídica en el país.
ONCE. Promover la alianza pública
privada para el desarrollo de grandes proyectos que beneficien al país,
utilizando la fortaleza y voluntad del estado, junto con las capacidades
técnicas y económicas del sector privado.
DOCE. Exigir el debido respeto a
la soberanía nacional, poniendo en primer lugar la dignidad y la defensa de
nuestro país, y ejecutar un amplio programa económico y social de seguridad y
desarrollo fronterizo.
Con la aplicación de estas
propuestas, sentaremos las bases para hacer de nuestro país una sociedad más
justa e incluyente, compuesta por ciudadanos independientes del estado,
ciudadanos propietarios y empoderados de sus bienes, y de sus derechos
individuales.
Atención especial nos merecen los
temas relativos a la familia, a la mujer y a la niñez. Tenemos la obligación de
fomentar una cultura de respeto a la seguridad, integridad física, y dignidad
de nuestras mujeres.
Lo más provechoso para el
presente y el futuro de la nación, y del Partido Revolucionario Dominicano, es
promover el gobierno compartido de unidad nacional que hoy nos proponemos.
Todos sabemos que nuestra
aspiración era que ese Gobierno Compartido de Unidad Nacional fuera encabezado
por el Partido Revolucionario Dominicano. Ante todo, por el compromiso
histórico de nuestro partido de producir los cambios para satisfacer las grandes
necesidades de nuestro pueblo, y también para honrar la memoria de nuestro
líder, que soñó con la transformación de la sociedad dominicana.
La posposición de mis
aspiraciones presidenciales se corresponde con los principios que fundamentaron
aquella propuesta de apoyo de Peña Gómez al profesor Bosch en el año de 1990, y
constituye otra muestra de que, cuando la necesidad histórica así lo demanda,
ponemos los intereses del pueblo dominicano por encima de cualquier interés
particular o apetencia personal, por muy atractiva que sea.
En la vida hay momentos cruciales
en los cuales los seres humanos nos jugamos nuestro destino. Este es uno de
esos momentos para nuestro partido, y también para mí. Estoy seguro de que
estamos haciendo lo que tenemos que hacer, lo que debemos hacer, en beneficio
del porvenir luminoso de todos los dominicanos.
Este acuerdo también ofrece la
oportunidad de que nuestros compañeros perredeistas pongan al servicio del país
su vocación de trabajo en el ejercicio de sus próximas responsabilidades en lo
congresual, lo municipal y lo gubernamental.
La implementación de este Acuerdo
de Gobierno Compartido de Unidad Nacional, se hará de manera pública y con
total transparencia, como ha sido siempre nuestro proceder.
Pueblo Dominicano, hoy afirmo que
este acuerdo abre la puerta hacia
el futuro para construir la República
Dominicana segura, soberana, próspera e
incluyente que todos queremos ver.
Convoco a cada uno de mis
compañeras y compañeros, y a todos los dominicanos y dominicanas de buena
voluntad, a asumir con pasión la gran oportunidad que tenemos por delante, y a
promover con entusiasmo este Acuerdo de Gobierno Compartido de Unidad Nacional.
Anuncio que desde este momento me
pongo al frente, y asumo la dirección de la campaña electoral del PRD.
Voy a recorrer el país para
apoyar a nuestra alianza y también a todas las candidaturas del PRD en todos
los niveles.
A votar blanco, en la casilla
número 1, marcando el jacho del Partido Revolucionario Dominicano.
¡Que viva la República
Dominicana!
¡Que viva el Partido
Revolucionario Dominicano!
¡Que viva la memoria histórica
del Dr. José Francisco Peña Gómez!
¡Que Dios bendiga a nuestro
pueblo!
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