Seguro te quedaste leyendo hasta
tarde en tu tableta, tienes muchas preocupaciones en el trabajo o sabes que
debes coordinar algunos pendientes y eso no deja de rondar en tu cabeza.
Cualquiera de estas opciones
puede lograr que no puedas mantener los ojos abiertos en la oficina y sientas
que te falta energía para desempeñarte mejor. Para que esto no suceda, te
presentamos seis hábitos que pueden estar drenando tu energía sin que lo sepas.
1. Tener un estilo de vida
sedentaria: Son muchas las horas que pasas en una oficina y poco el tiempo que
te queda en el día para hacer ejercicios. Pero si no realizas alguna actividad
física, podrías estar más cansada aunque no lo creas. Ejercitarte libera
endorfinas que dan energía y ayudan a que te sientas más alerta.
2. Te preocupas en exceso: Estar
estresada y tensa por algunos inconvenientes no va a mejorar la situación,
además de afectar tu salud, puede hacer que pierdas el apetito y tengas
problemas para dormir. Esto contribuirá a que tengas bajas energías y no logres
desempeñarte bien.
3. Realizar muchas cosas a la
vez: Tienes que aprender a decir no. Es bueno ayudar a otras personas,
familiares y compañeros de trabajo, pero si te llenas de responsabilidades esto
puede afectar tu salud y tu energía. Lo mejor es organizarte, poner prioridades
y ayudar en lo que puedas.
4. No te despegas de tu celular:
Si no puedes alejarte de tu celular o de cualquier dispositivo electrónico en
la noche, esto puede drenar tu energía. Incluso si estás recostada y el
dispositivo está prendido, la luz brillante de la pantalla puede estimular tu
mente. Esto logrará que no concilies el sueño de forma rápida y al día
siguiente te despiertes más cansada.
5. Saltarse las comidas: Si te
saltas las comidas, especialmente el desayuno, el nivel de azúcar en la sangre
puede caer dejándote cansada, lenta e irritable. No es recomendable saltarse
las comidas. Lo mejor es ingerir las tres principales para que tengas energías
y si puedes de cinco a seis comidas pequeñas al día.
6. No bebes mucha agua: Es muy
importante tomar agua, ya que si no ingieres lo suficiente, podrías sentirte
más cansada. Tu cuerpo puede comenzar a deshidratarse lentamente y esto
disminuirá el volumen sanguíneo haciendo que tu sangre sea más espesa. Como
resultado el oxígeno llegará a tus órganos y músculos a una velocidad más
lenta.
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