26 may 2015

El discurso: Un baile de mascaras

"El PLD debe mirar a su hermano mayor: el PRD".

Greysis de la Cruz

SANTO DOMINGO.- No caben dudas, sobre el efecto positivo que genera la aplicación de una buena estrategia de  comunicación política. Lo vimos, desde que se anunció el discurso del expresidentes Leonel Fernández, concitando la atención del país.

Algunos estudiosos definen la comunicación política como “un  intercambio de signos, señales, o símbolos de cualquier clase, entre personas físicas o sociales, con el que se articula la toma de decisiones políticas así como la aplicación de éstas en la comunidad.”

Tomando en cuenta esa definición, vemos que esos signos, señales o símbolos se vieron muy claros en la alocución que rindió al país el expresidente.

La nación vio y escuchó a un Leonel Fernández visiblemente enojado, con un tono de voz defensivo,  sin su acostumbrada muestra de fuerza de la base del partido y sin aplausos, durante 45 minutos, haciendo un recorrido incomprensible por mas de 50 años, para terminar diciendo lo que se esperaba: que la crisis del PLD se estanca, en un baile de mascaras.

La estrategia de Leonel Fernández es clara, generar un maremoto de discusión jurídica, cuando sabemos que lo impórtate son las encuestas y los votos.  A fin de cuentas, es lo que le importa a los legisladores que tendrán que participar en unas elecciones unificadas en las cuales solo podrán vencer, con un candidato fuerte que genere el efecto arrastre.


Centinela de la Constitución

Leonel Fernández se presenta como el defensor de la constitución, dijo que para él es “un asunto de principios, de obligación moral de ser guardián, vigilante y centinela de la Constitución”.

Lo que no hizo el 14 de mayo del 2009 siendo aun presidente de la República con la firma del llamado  “pacto corbatas azules” donde él y Miguel Vargas Maldonado a puertas cerradas, se pusieron de acuerdo en temas de transcendencia nacional, sin preguntarle al pueblo si estaba o no de acuerdo.

Recordemos que los puntos firmados versaron sobre los temas que han generado la mayor crisis moderna de institucionalidad en el país y en el  sistema de los partidos políticos.

Sobre la nacionalidad se pactó en sustituir de la carta magna el término “transito” por “ilegal” a fin de que estableciera que los hijos de extranjeros ilegales no le correspondían la nacionalidad dominicana.

Se acordó aumentar la matricula de la cámara de diputados con la elección de legisladores en representación de los dominicanos residentes en el exterior y la elección de diputados nacionales.

Se propuso unificar las elecciones presidenciales, congresuales y municipales en el mismo año. Para “regalarle” a los legisladores electos en el 2010 dos años mas para que permanecieran en sus cargos hasta el año 2016, para luego volver a separar las elecciones.

Y por supuesto se propuso adoptar, con aplicación inmediata, la fórmula consagrada en la reforma constitucional del 14 de agosto del año 1994, en lo concerniente a la no reelección presidencial consecutiva.

Ese pacto firmado sin consultar al pueblo, ha generado las crisis internas del Partido Revolucionario Dominicano y del Partido de la Liberación Dominicana, que vemos hoy, desencadenado una lucha fraticida por el poder, debilitando la institucionalidad del Estado.

Se hace oportuno analizar si es correcto que el presidente del PLD se revele contra una decisión tomada por el comité político de ese partido, de redactar un proyecto de ley que permita la convocatoria de la asamblea nacional, para conocer la modificación de la constitución y permitir la reelección presidencial consecutiva. Hoy por hoy el PLD debe mirar a su hermano mayor: el PRD y decidir si aprenden o destruyen el partido.

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