Geysis
de la Cruz comenta:
Desde
que estalló el escándalo de Joseph Wesolowski he sostenido que el Estado Dominicano
no podía inhibirse de aplicar la ley.
Para
entonces, el Cardenal López Rodríguez aseguraba que el Nuncio Joseph Wesolowski
fue sometió en Roma al Tribunal doctrina de la Fe acusado de pederasta y
perversión de menores en el país. Y que pronto se conocería el fallo del
tribunal católico, único organismo autorizado a juzgar a las autoridades
católicas en el Vaticano.
En
medio de este escándalo mediático establecí que las condenas del Tribunal
doctrina de la Fe son desconocidas para el mundo.
La
prensa internacional ha denunciado que los casos que someten al Tribunal
doctrina de la Fe prescriben en la legislación ordinaria de los países de origen
sin que se produzca ningún fallo ni conocimiento del proceso del tribunal.
Establecí
que el Tribunal doctrina de la Fe tiene como condena máxima la “excomunión” y
no se ha aplicado a nadie todavía.
Los
sacerdotes juzgados por este tribunal son sometidos a un proceso de arrepentimiento
y lo destinan a funciones menores al cargo que desempeñaban.
Para
estonces establecí y aun lo sostengo, que
el ocultamiento del Vaticano y de la iglesia católica fomenta la impunidad, de
crímenes y delitos que cometen sus miembros.
Sostengo
que el Estado Dominicano debió jugar su rol en este caso. Al tener la
oportunidad única de exigir castigo para
una persona que se desempeñaba como empleado de Roma y representante del
Papa. Debido a que Vaticano, cuna de la
piedad religiosa, se ha negado en múltiples ocasiones a reparar económicamente
el daño cometido por sacerdotes contra victimas de violación sexual, aduciendo
a que los sacerdotes no son empleados de Roma si no mas bien, simpatizantes de
la fe de Roma.
Siendo
Joseph Wesolowski representante del Papa Francisco y empleado de Roma podría
haber sido un caso ejemplarizante para el mundo. Pero otra vez, los gobernantes
de Republica Dominicana muestran su cara débil y servil frente a poderes
internacionales que se burlan y humillan al pueblo dominicano.
Esta
tarde la prensa señala que monseñor Víctor Masalles, utilizó su cuenta en la red social Twitter
para expresar el dolor que sintió cuando al caminar por una de las calles de
Roma, vio al exnuncio Joseph Wesolowski.
“Para
mí fue una sorpresa ver a Wesolowski pasearse por la Via della Scrofa en Roma.
El silencio de la Iglesia ha herido al pueblo de Dios”, escribió en
@VictorMasalles.
Estas
declaraciones confirman que Joseph Wesolowski no está preso, está libre por las
calles de Roma, probablemente elucubrando sus bajas pasiones.
Mientras
en RD el diacono dominicano Francisco Javier Occis Reyes, guarda prisión en el centro de corrección de San Pedro de
Macorís, acusado de violación sexual a un menor.
Este
diacono de la iglesia católica admitió ante los medios de comunicación que sostenía
una relación amorosa con el Nuncio Josef
Wesolowski.
Para
entonces declaro públicamente: “Además de
pederasta, Josef Wesolowski (exnuncio
del Vaticano en el país) es drogadicto y alcohólico”, expresó Occis Reyes,
quien aseguró mantuvo relaciones sexuales con el diplomático católico dentro de
la misma nunciatura.
“Él al parecer fumaba y se daba.
Nunca lo hizo delante de mí. Compraba la droga en la calle”, dijo Occis Reyes, quien supuestamente andaba con el
nuncio cuando fue apresado bajo cargo de abuso de menores.
Además
de ser compañero sexual del nuncio, Occis Reyes dijo que él le pidió que le
buscara menores entre los 14 y 16 años, “si
eran blanquitos mucho mejor”. Confirmó que cuando Wesolowski se embriagaba
salía para la calle a buscar a los menores.
“Según lo fui conociendo me di cuenta
de que era una persona mentalmente hablando enferma… a él le gustaban
limpiabotas y pobrecitos”, acotó
el diácono, quien dijo no habló antes por miedo y vergüenza.
Vergüenza
es lo que debe darle a la Iglesia Católica Dominicana, que se prestó para
ocultar este caso que insulta y humilla al pueblo dominicano.
Vergüenza
debe darle al Vaticano y al Papa Francisco que ha preferido guardar silencio y obstaculizar la actuación de las
autoridades dominicanas ante los graves delitos que pesan sobre los hombros Joseph
Wesolowski.
Ante estos hechos, ha llegado el
tiempo en que la sociedad dominicana reflexione si es debemos continuar con el “Concordato” que firmo
Trujillo con el Vaticano.
Que sentido tiene que el Estado Dominicano
le reconozca a la Iglesia Católica el
carácter de sociedad perfecta, según este acuerdo. Es la Iglesia católica una
sociedad perfecta? Lo ha sido para el
pueblo dominicano? Joseph Wesolowski evidenció
que no, y su caso es una humillación al pueblo dominicano y a su legislación.
Para
que Concordato? ¿Para que pagar con nuestros impuestos este privilegio
irritante a la Iglesia Católica?
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