El canciller Andrés Navarro ha llamado
al embajador haitiano ante la OEA “difamador y mentiroso”. Los diplomáticos de
todos los tiempos han sido expertos en “dorar las píldoras”, en utilizar
eufemismos para no mencionar las cosas por sus nombres. En este caso, Andrés
Navarro se aparta de la “ortodoxia” diplomática europea, al afirmar: “las
palabras que ha dicho el embajador de Haití han sido palabras de irrespeto
total a la República Dominicana”. Agregó que la intervención de Bocchit Edmond
en el organismo regional fue un discurso “cargado de irresponsabilidad”. Soy
radicalmente enemigo del uso de groserías y “frases descompuestas”; pero debo
reconocer que hay ocasiones en que las “las palabras fuertes” son el remedio
más eficiente.
Cuando el secretario general de
la Organización de Naciones Unidas estuvo en la República Dominicana, fue
recibido en el Congreso Nacional. Pronunció allí unas “palabras impropias”, el
día del aniversario de la fundación de la sociedad secreta “La Trinitaria”,
instrumento político de nuestra independencia. En aquella ocasión escribí en
esta columna que el señor Ban Ki-moon debió ser abucheado por nuestros
legisladores. La única persona que respondió con algo adecuado y decoroso, fue
el señor Reinaldo Pared Pérez. Las normas protocolares y las buenas maneras no deben
transgredirse, excepto cuando muchas vejaciones hacen “inservibles” las reglas
de urbanidad. Los haitianos han traspasado, no digamos todas las fronteras, que
es cosa visible, sino todos los límites.
Yo aplaudo que “las caretas
políticas” de los haitianos queden expuestas a la vista de todos; y aplaudo más
que los dominicanos, hartos de recibir todos los golpes, respondan con vigor.
Espero que la firmeza verbal esté acompañada de voluntad política para mantener
resoluciones permanentes; y que no sintamos miedo frente a los representantes
de Human Rights Watch y Amnistía Internacional. Los países de Caricom -que nos
critican ferozmente- han expulsado 110,000 inmigrantes indocumentados.
He leído en los periódicos de
ayer que el presidente de Izquierda Unida, (MIU), Miguel Mejía, considera que
las organizaciones de derechos humanos se han sumado “a la comparsa” de los que
condenan a la RD “por poner orden en la migración ilegal que la azota”. Las
piedras de la realidad, finalmente, harán levantar los pies de los políticos.
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@greysisdelacruz