Mudanza, redecoración y venta.
Sarah Jessica Parker y su marido, Matthew Broderick, han dado con la clave del
negocio inmobiliario. El matrimonio ha vendido por 18 millones de dólares su
última vivienda, una casa de cinco plantas situada en Greenwich Village, según
publica «The New York Times». La venta más cara cerrada esta semana en la Gran
Manzana, y eso que al parecer Parker ha salido perdiendo en la venta.
La casa, con una fachada de
ladrillo de 1846 y situada a cinco minutos de la Quinta Avenida, les costó casi
19 millones en marzo de 2011,
a los que hay que sumar todos los gastos en decoración,
mobiliario y restauración para convertirla en un hogar cómodo. Un año después,
estaba a la venta por 25 millones de dólares. Sin embargo, y a pesar de que la
gente adinerada poco o nada sabe de la palabra «crisis», Sarah Jessica y
Matthew Broderick han tenido que rebajar el precio para poder encontrar
comprador.
Y eso que no era un sencillo
hogar al alcance de cualquiera. Además de las mencionadas cinco plantas, cuenta
con un jardín trasero privado, siete chimeneas, dos vestidores, seis
habitaciones, cinco baños y tres aseos. Tres de los baños se encuentran en la
tercera planta, en la que también hay una biblioteca y un amplio salón. La
cuarta planta es única y exclusivamente la habitación principal, con chimenea y
baño propios. Y como ya se sabe que los inviernos neoyorquinos son muy fríos,
al lado de la bañera hay otra chimenea más. Por supuesto, la habitación cuenta
con su propia terraza y con un balcón que da al jardín.
Y por si parecieran poco dos
vestidores, el periódico estadounidense asegura que todos las paredes de la
cuarta planta están recubiertos de armarios. Todas. Claro, no podía esperarse
otra cosa del hogar de Carrie Bradshow.
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